Bienvenidas y bienvenidos a O Vello Cárcere, La Vieja Cárcel, en castellano. En este momento te encuentras en la recepción de un centro sociocultural que organiza todo tipo de iniciativas culturales, desde exposiciones, conciertos, obras de teatro, desde coloquios debates o, hasta incluso, presentaciones de libros y discos. Si miras hacia arriba, a tu derecha, verás el espacio de la biblioteca, sobre la que se sitúa el auditorio del centro, y , más arriba todavía, la cafetería, con un fantástico mirador con vistas a la muralla y el centro histórico.
Además de acoger eventos culturales, desde O Vello Cárcere se difunde la historia y valor patrimonial de este espacio de memoria. Por este motivo, queremos contarte que el lugar en el que te encuentras fue, en su día, la entrada principal a la Cárcel Provincial de Lugo, un proyecto arquitectónico de finales del siglo XIX y obra del hombre que ves en el cuadro colgado en la pared. Él es Nemesio Cobreros y Cuevillas, arquitecto municipal de Lugo y autor de numerosos edificios de la ciudad. Nemesio se hizo verdaderamente conocido en su época gracias, precisamente, a este nuevo proyecto de cárcel para Lugo. Fue inaugurada en el año 1887 y destacó por ser una construcción absolutamente moderna e innovadora para la época, además del segundo ejemplo en toda España de cárcel modelo después del primer ejemplo pionero en Madrid. Las cárceles modelo, surgidas de la llamada Reforma Penitenciaria de mediados del siglo XIX, inauguraron un nuevo concepto de cárcel que mejoraba las condiciones de higiene y habitabilidad de los presos gracias a la individualización que supuso la aparición de celdas.
El edificio abre como cárcel del Partido Judicial de Lugo agrupando de esta manera la prisión y los juzgados de la ciudad y de los siete ayuntamientos colindantes. Los juzgados se encontraban en este espacio de entrada donde estás, así como las oficinas y dependencias administrativas del Juzgado.
El edificio mantuvo el mismo uso hasta el año 1981, momento en el que cierra y comienza a utilizarse, durante años, para diversos fines: espacio de exposiciones, almacenes, oficinas de la policía, archivos… Hasta el 2009, año en el que comienzan las obras para reformar el edificio y convertirlo en lo que es hoy: un centro sociocultural. Estos trabajos de restauración, que corrieron a cargo de los arquitectos del estudio coruñés Creus y Carrasco, acabaron en el año 2017, año de apertura del centro.
Te animamos a pasar ahora al segundo edificio.
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2.- CORREDOR EXTERIOR
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En este momento te encuentras en lo que eran los corredores exteriores de la prisión. Por este espacio, protegido por muros de unos 4m de altura que rodean todo el perímetro del conjunto, se paseaban los guardas para hacer sus rondas de vigilancia. Otras veces se situaban en lo alto de las torres o garitas de control, que podrás ver en cada una de las esquinas del recinto y que Creus y Carrasco, los arquitectos de la reforma, decidieron mantener intactas.
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3.- RASTRILLO
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Ahora estás en un espacio que, dentro del vocabulario de la arquitectura penitenciaria, se denomina “el rastrillo”. El “rastrillo” es un punto de paso controlado, un pequeño espacio que, por cuestiones de seguridad, quedaba cerrado en sus dos extremos a través de puertas.
En este caso, el rastrillo de la cárcel de Lugo funcionaba, además, como entrada al segundo edificio del conjunto penitenciario, el edificio donde estaban las celdas de los presos y las presas. Esta prisión era una prisión mixta, otro aspecto innovador para aquel momento que se debe destacar dentro de lo que supuso el proyecto arquitectónico para su época. Aún así, las mujeres y los hombres no tenían contacto alguno y toda la arquitectura del espacio al que vamos a acceder ahora se pensó para ello. Sin embargo… tanto mujeres, como hombres, tenían que pasar por esta puerta al entrar en prisión.
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4.- ZONA MUJERES
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En este momento te encuentras en el bloque de las mujeres, un espacio que conectaba, a través de la puerta central de madera, con el llamado semicírculo o panóptico, zona que correspondía al espacio de los hombres.
Este primer espacio de planta rectangular se dividía, y se divide todavía hoy, en tres pisos: en la planta baja se encontraban las dependencias de los guardas y las salas de encuentro con los familiares visitantes. En la primera y segunda planta estaban las celdas de mujeres, así como las celdas de aislamiento y los pabellones de los condenados, lugar al que eran enviadas las personas que aguardaban su sentencia de muerte.
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5.- VENTANA ARQUEOLÓGICA
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Esta ventana o vitrina arqueológica nos permite vislumbrar una de las riquezas patrimoniales que aparecieron durante las obras de la reforma. Cuando se llevaron a cabo los trabajos de instalación de la calefacción radiante, sistema que implica insertar tubos en el suelo para que irradien calor, hubo que levantar todas las piedras de granito del pavimento. ¿Qué ocurrió al levantar las piedras? Pues algo que a menudo ocurre en esta ciudad: que aparecieron restos arqueológicos de época romana. En este caso se trata de una construcción funeraria. Posiblemente fuera una cámara sepulcral semisoterrada para acoger una cremación, a la cual se accedería a través de una escalera de granito.
Está datada entre los siglos I y II d.C., momento previo a la cristianización del Imperio Romano y, por lo tanto, época en la que todavía los romanos no enterraban, sino que incineraban a sus muertos, hecho que explicaría por qué no se encontraron restos óseos.
Ahora te invitamos a pasar al panóptico o semicírculo.
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6.- PANÓPTICO
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Ahora estás en el panóptico o semicírculo, lugar donde estaban las celdas de los hombres. Este espacio es, probablemente, el espacio con más aura y carga emocional de todo el conjunto arquitectónico. Esto se debe, en gran parte, a la decisión de los arquitectos de la restauración de mantener un gran número de elementos arquitectónicos originales: las columnas de hierro, las escaleras, las barandillas y la cubierta, de un enorme valor por la extraña y magnífica combinación de una modalidad de tejado a dos aguas con otra semicircular. También son originales, excepto cuatro, las puertas de las celdas. Detrás de ellas hay todavía escritos de los presos: firmas, fechas, frases, rasguños… Esto hace de ellas un elemento fundamental para la difusión de la memoria histórica y para la investigación de lo que ocurrió en esta prisión. Gracias a las firmas de las puertas, en muchos casos, sabemos quién estuvo preso en algunas de las celdas.
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7.- OCTÓGONO DE MADERA
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Sobre esta estructura octogonal de madera se levantaba una torre o garita de control que tenía una altura de unos 4m. Esta torre se organizaba en tres niveles para un mayor control de cada piso de celdas. Al segundo y tercer nivel se podía acceder por las escaleras a los laterales de la puerta de entrada, pasando a continuación por detrás de las ventanas con celosías y saliendo finalmente por la puerta que se encuentra en medio de estas, la cual conectaba con la torre a través de un corredor.
Para una mayor vigilancia, el guarda dejaba abiertas las ventanas de las puertas de las celdas y controlaba a los presos desde los distintos niveles de la garita, que estaban rodeados por una estructura de celosías de madera. Esto le permitía ver perfectamente, pero, al mismo tiempo, no ser visto. Los presos no sabían si el guarda estaba o no estaba en la torre, por lo que pasa a ser la propia arquitectura quien los controla, provocando una presión psicológica constante sobre ellos, que tienen la sensación de ser vigilados en todo momento. Este utilitarismo constituye precisamente una gran innovación y el éxito de la arquitectura del panóptico, una invención del filósofo británico Jeremy Bentham.
El espacio superior de la garita también era utilizado por un cura todos los domingos, día en él que acudía para oficiar la misa. Para escuchar la misa, los hombres salían fuera de sus celdas y aguardaban en los corredores. Las mujeres, como no podían ser vistas por los hombres, lo hacían detrás de las celosías.
Ahora puedes visitar la exposición permanente del centro, titulada “La vieja cárcel, de la guerra a la posguerra”, que empieza en la celda lateral izquierda de esta planta baja del panóptico. Puedes reconocerla por el número 7 marcado al lado de la puerta.
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8.- CALABOZO
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En esta antigua celda colectiva o calabozo comienza la exposición permanente del centro, titulada “La vieja cárcel: de la guerra a la posguerra”. La muestra continúa en las celdas centrales del panóptico y acaba en el calabozo del extremo lateral contrario. A través de ella descubrirás cómo vivieron los presos y presas en esta cárcel durante los años de la guerra y la posguerra. Solamente, como información, queremos contarte que la prisión contaba con 56 celdas individuales, 6 calabozos o celdas colectivas como en la que estás, y 11 celdas de aislamiento. Las celdas individuales eran para una persona y los calabozos para 10-12 personas. El diseño original de la prisión fue concebido para un máximo de 140 personas. En los años de los que habla la exposición permanente, llegó a haber hasta 1200 personas. Imagina cómo vivían 1200 personas en un espacio que había sido diseñado para 140. De esas condiciones y modo de vida es de lo que hablan los paneles a tu derecha.
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9.- RETABLO ALTAR
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En esta celda puedes observar el antiguo altar del obispo de Lugo. Data del siglo XVIII. Originalmente se encontraba en la primera planta del bloque de las mujeres, donde hoy está el acceso al auditorio del centro.
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10.- ELAS
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Esta pequeña celda no forma parte de la exposición permanente que estás visitando: “La vieja cárcel: de la guerra a la posguerra.” Esta celda constituye una exposición permanente en sí misma. La muestra se llama ELAS, ellas en castellano, y es fruto de una investigación de una profesora de la Universidad de Santiago de Compostela, Aurora Marco, quien decidió investigar sobre diversas mujeres artistas que formaron parte de la Historia del arte gallego. Más tarde colaboró con distintas artistas locales para crear obras en homenaje a… elas.
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11.- PUERTA CENTRAL
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Esta puerta, a diferencia del resto de puertas del panóptico, no es una puerta de acceso a una celda, sino el espacio de paso a los patios exteriores, a donde podían salir 2 horas al día los presos. Solamente los hombres. Las mujeres no tenían ese privilegio. Esta puerta genera una recta con respecto a la puerta de entrada al panóptico y al resto de puertas del edificio, aspecto común a todas las cárceles panópticas.
Tras esta puerta también se encuentra el tercer edificio del conjunto penitenciario. Ese tercer edificio albergaba los servicios de la cárcel: la enfermería, la sala de autopsias, la cocina y hasta una escuela en su momento. Hoy permanece cerrado al público y funciona como espacio de trabajo para el departamento de arqueología del Ayuntamiento de Lugo.
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12.- ECONOMATO
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Esta puerta, al igual que la puerta que se encuentra a tu izquierda, tampoco es una puerta de acceso a una celda, sino el espacio reservado a lo que llamaban “el economato”, una especie de tienda de la prisión. Cuando los hombres salían al patio, una persona entraba en este espacio y, a través de la pequeña ventana en la parte baja de la pared, les vendía productos que no se les daban en la prisión de manera protocolaria.
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13.- CELDA INDIVIDUAL
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Para observar esta celda tienes que acercarte a la ventana de la puerta. Verás una recreación del interior de una celda individual en los años de guerra y de posguerra, período del que habla la exposición permanente del centro. Estas celdas individuales, diseñadas en principio para 1 persona, llegaron a albergar hasta 10-12 o incluso 14 personas durante aquellos años.
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14.- CALABOZO Nº13
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En esta sala acaba la exposición permanente “La vieja cárcel: de la guerra a la posguerra”. Si en la primera celda nos hablaban de las condiciones de vida de los presos y presas durante ese período fundamental de la historia que fue la guerra civil y la dictadura, en esta otra nos hablan sobre quiénes entraron presos (y por qué) durante aquellos años. Te animamos a acabar la muestra permanente y, a continuación, a subir y descubrir el primer piso del bloque de mujeres, así como a visitar las exposiciones temporales en los corredores del panóptico.